19 diciembre 2011

Motivos difusos

Alejandro González. Acuarela. 2011




Vos… yo te entiendo, te entiendo porque estas del otro lado…
Ya se, esta entrada tiene como propósito particular, uno bastante difuso, uno que a mi me sienta bien, uno que ustedes no podrán notar, uno que me aleja un poco más del mundo y de mi mismo, un propósito que me disocia aún un poco más. Permanentemente me mantengo al menos a uno o varios días de mi mismo. De modo que esto que escribo en realidad hará eco en mí hasta dentro de 24 horas o quizá más. Honestamente lo que intento hacer es esconder ese motivo principal, ese mi "yo" que queda alejado (sin querer). Estos son días para pensar en el futuro, en los planes, en los objetivos, en los sueños, en lo que no se logro y en lo que ya lleva algún adelanto. Pero como les dije, yo estoy a unos días de mi mismo, de modo que para mí la fecha especial para pensar en este tipo de cosas aún no llega. 







18 noviembre 2011

General, !no importa cuál,...!

Alejandro González. Acuarela. 2011



General
¡no importa cuál,
da lo mismo,
es igual!:
Para ser General,
como usted, General,
se necesita
haber sido nombrado General.
Y para ser nombrado General,
como usted, General,
se necesita
lo que usted no le falta, General.
Usted merece bien ser General,
llena los requisitos, General.
Ha bombardeado aldeas miserables,
ha torturado niños
ha cortado los pechos de las madres
rebosantes de leche,
ha arrancado los testículos y lenguas,
uñas y labios y ojos y alaridos.
Ha vendido mi patria
y el sudor de mi pueblo
y la sangre de todos.
Ha robado, ha mentido, ha saqueado,
ha vivido
así, de esta manera, General.
General
¡no importa cuál!:
para ser General,
como usted, General,
hay una condición fundamental:
ser un hijo de puta,
General.

Manuel José Arce Leal

 

 

13 septiembre 2011

Cuando me da la gana.

Alejandro González. Óleo sobre tela. 7 cm x 30 cm. 2011




                        Cuando me da la gana, soy feliz;
                        Cuando me da la gana, soy más guapo;
                        Cuando me da la gana, te enamoro;
                        Cuando me da la gana, soy lo que me da la gana.




04 septiembre 2011

Volver

Alejandro González. Acuarela. 2011



                                                         Cuando el
                                              Espíritu
                                              Se desvanece
                                              Aparece
                                              La 
                                              Forma.

 
 Bukowski



Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres joder
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón

que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,

y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?


Bukowski


23 agosto 2011

Devolverte

Alejandro González. Acuarela. 2011



Tu prisa o mi lentitud;
las aves se marchan, el viento agita tu cabello,
la lluvia se disuelve.

Pienso que todo es una cuestión de valor -encima de todo-
cuando las hojas caen y de por qué cuándo se sienten amarillas: se suicidan;

que por subir escalones de a uno o de a dos,
se atrapan las nubes y
a la sombra del mismo sol en diferentes montañas maduran los sueños;

que cuando vine es igual cuando estoy y cuando no supe que ya me fui.
Las oscuras sombras no son más que viejas cartas dejadas anónimas.

Tu cuerpo mintiendo,
el corazón que incita a volver,
las piernas nerviosas, atrapada la luz,
la prisa o mi lentitud. Sin ruegos.

Hay cosas que no has visto,
hay cosas que yo había olvidado: La brisa fresca,
la oscuridad donde nos perdimos.
El ritmo de mi voz ya no es el ritmo de las hojas de milpa.



06 agosto 2011

Un dialogo con el mundo

Alejandro González. "Gula". Tinta. 33 x 43 cm. 2008



      Esto es una cosa que solo puedo hacer desde este punto, desde este lugar, desde este laberinto, desde este cualquier sitio, desde este no-lugar

Principalmente tengo en mi mente un par de expresiones de idealismos y utopías, se repiten las frases de autoayuda y convencimiento; en un principio le huyo a ese tipo de cosas me defiendo con argumentos casi tan parecidos a los mismos contra los que peleo.  

Entiendo ahora porque se piensa que la historia no es lineal, sino más bien, es diálectica, es una serie de espirales que se repiten y vuelven a pasar por donde antes habían pasado, que en ocasiones avanzan, como cuando somos capaces de hacer nuevas cosas de lograr nuevos retos y en otras retroceden, a veces retroceden tanto que nos parece monótono y repetitivo es como perder la memoria o perder el valor o perder la fuerza o perder cualquier signo de vida y convertirse en conformista o totalitarista, donde se hace lo que los demás hacen o se hace lo que los demás quieren que se haga.  

En un intento de alcanzar eso que pienso me hace falta, deje pasar una de esas ideas de tipo más bien conciliador, pacifistas, y políticamente correctas; por supuesto ya a estas pequeñas alturas tengo la impresión de que aún no comienzo mi dialogo con el mundo... Comencé con esta idea del dialogo con el mundo por un párrafo que leí de un artista al que no conozco en un libro de psicología en el que se habla de los dibujos proyectivos, específicamente al explicar  de “síntesis defectuosa y otros índices de psicosis” el autor del texto dice: “Hace algunos años Malraux expresó que el artista `insano´ mantiene un `monologo interno´, en el que sólo habla para él, en tanto que `el artista genuino mantiene un diálogo con el mundo´”. Me preocupe casi instantáneamente, supongo que por esos miedos que casi toda la humanidad posee en su estructura como lo son el miedo a la muerte, a volverse loco o perder el control entre otras cosas (todo por no seguir leyendo y de repente creerle a cualquiera) entonces me puse a pensar en la forma de crear un dialogo con el mundo; por supuesto, ahora veo que esta interpretación sobre el arte psicótico se relaciona con la psicología pre-dinámica anterior a Freud. Los descubrimientos recientes de las técnicas proyectivas psicoanalíticas y otros enfoques diversos, han rechazado la afirmación de que el arte psicótico carece de significado. Osea que con “trastornos” o sin ellos lo que hace alguien que crea -de crear-,   tiene un significado. Supongo, nomás, que este hecho es una situación que aunque no se piense todo el tiempo es una cosa grabada en el inconsciente de las personas  y es lo que nos mueve a crear –en un sentido amplio-, nos mueve a “la búsqueda de significado”. 

Digo entonces que el estado exacto de las personas, está en el momento que se crea algo, un estado que se vuelve permanente, listo para que lo vean, lean, escuchen y sientan todos aquellos que sean capaces de comprender sus signos. 


10 julio 2011

Viejos Caminos

Alejandro González. Protección. Talla directa en mármol gris. 2009



      Tengo una imposibilidad, la de no dejar de lado los pensamientos comunes, las palabras que se han vuelto ridículas de tanto pronunciarlas, pero eso no me detendrá para llegar hasta aquel lugar, el lugar mas cercano, el lugar vacio, el lugar donde sopla el viento y donde se cruzan las razones para dejarse morir, donde un arma y una bala se convierten en un texto denso, tan denso que encuentras que no encuentras nada. Miro, miro, miro y no consigo cambiar las cosas, esta la casa del zapatero, la del vagabundo, esta el lavadero de los fantasmas, los arboles con su oleaje mudo porque los veo desde lejos, estan los ladridos de los perros al ver pasar a la multitud, al parárseles una mosca en la nariz. 
Estas palabras habrían podido decir otras cosas, más me convertí en lo que tanto renegué, nunca vi la luz, trate de llegar al cielo, tuve la mejor intención, tuve una oración que nunca cambio mi corazón y he aprendido a decir que no. 

Siempre he procurado decidir sobre lo que me pasa,  mas no siempre se dio asi. Algunas veces extrañe de más, algunas veces me vi en la engorrosa tarea de tener que olvidar, también me vi en la situación de no poder decir no, de no poder escupir en la cara del otro. Pero, en general lo que mi estructura de personalidad me permitió lo hice bajo la consigna de decidirlo, muchas veces de pensarlo demasiado

Me gusta pasarme por allí: por viejos caminos; y descubrir que aun no me olvidan, a eso lo llamo vivir de glorias pasadas, pero no lo hago por eso, es más bien para armar sentido desde allí, también porque a veces me da por esperar; aunque desde hace tiempo deje de escribir canciones para los que no están, hasta este momento, porque, si se nota, ya volvieron, aunque, se disuelven al mismo momento en el que se piensan.



21 junio 2011

La muralla.

Alejandro González. Simbiosis. 110 cm x 140 cm. 2007



Yo era una buena persona, sobre todo cuando decidía serlo, también era una cosa que me salía natural, pude llegar a ser un santo –es una exageración, pero era una probabilidad. De pronto me preocupo esto de ser una buena persona, un poco porque estoy lejos de las personas que han sido significativas para mí, también un poco por pensar  en los tiempos pasados, esos  tiempos que muchos dicen que fueron mejores, pero lo cierto es que los tiempos pasados solo son tiempos pasados, lo único es que éramos más jóvenes y quizá eso es lo que más extrañamos, nos quedamos pegados al pasado entonces allí comenzamos a envejecer o como diría Juan Pablo Castel, lo tiempos pasados fueron peores, y que la gente piensa que fueron mejores porque –felizmente- se empeñan en olvidar las cosas malas y terribles. Ahora también me viene a la mente unas palabras de Woody Allen (en paráfrasis): “¿conocen esta historia? Dos señoras mayores están en un hotel de gran calidad y dice una: vaya aquí la comida es realmente terrible. Y contesta la otra: sí, y además las raciones son tan pequeñas. Pues…, básicamente así es como me parece la vida: llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza;  y sin embargo se acaba demasiado  rápido.”
Me preocupo otro poco eso de ser buena persona porque frecuentemente soy más bien insensible (invisible), porque prefiero no mojarme con la lluvia, porque mis pies se han unido a mis zapatos y ya no ando más descalzo, soy más bien una máquina que no logra articular mayor sensibilidad por los signos y motivos de los otros. Vivo tranquilo. También me importa un bledo un poco el mundo (antes no), me estaba entrenando para ser un buen tipo, y hora que siento que no lo soy –y que me esfuerzo por no serlo- he tenido la impresión que hay una parte de mí que se quedó a oscuras. Yo sé que tiene que ver un poco con mi inquietud por encontrar un sentido profundo a lo que hago, a mi vida. Tiene que ver también con mi "a-teísmo teórico", con mí "a-religiosidad práctica y comunitaria", con las reminiscencias que me quedan de Dios, con los recuerdos de seguidor fiel y con el hecho de que ahora me he convertido al narcisismo.  En otros tiempos podría haber dicho que estoy siendo afectado por una crisis religiosa, hoy no, más bien es una crisis de sentido, como humanos podemos soportar cualquier cosa, el desorden, el caos, pero no la falta de sentido, bueno eso me pasa a mí –valga la aclaración.
Es en estos momentos en los que deseo ser otro, como si no fuera más fácil darme cuenta que ser lo que soy es mi mejor atractivo.
Después de lo ya escrito, me di cuenta que escribí porque perdí al amor de estos días, digo nomás de estos días para hacerlo menos difícil, además es lo más que puedo llegar a saber; entonces me puse a escribir sobre el sentido de la vida, tropecé conmigo mismo, con los miedos de siempre, y entonces intente encontrar respuestas en el infinito -quise decir internet-, como si no bastara ya estar perdido en este pueblo.   Vivo terriblemente tranquilo y sé que mis mejores frases se las tuve que robar a alguien. He buscado tener el control de lo que me pasa, pero hoy, veo solo una gran muralla pintada con dibujos ancestrales.
Mayo 2,010




12 junio 2011

Tierra

Alejandro González. Tierra. 33 x 43 cm. 2,010



"No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda."

Woody Allen


 

04 junio 2011

El mono gramático

Alejandro González. 12 cm x 30 cm. 2,011



Quizá necesitamos saber, que caminaremos hasta el fin, para no preocuparnos de encontrar o no encontrar lo que andamos buscando, en el transcurso del aquí al fin; para estar siempre atentos. El fin no tendría  significado si jamás notamos como llegamos hasta allí.
Encontré un libro (o el me encontró a mí) de Octavio Paz, y nomás quiero dejar registro de ese texto inicial del libro, que me ha gustado mucho, mismo que transcribo:

 “Lo mejor será escoger el camino de Galta, recorrerlo de nuevo (inventarlo a medida que lo recorro) y sin darme cuenta, casi insensiblemente, ir hasta el fin –sin preocuparme por saber qué es lo que yo he querido decir al escribir esa frase. Cuando caminaba por el sendero de Galta, ya lejos de la carretera, una vez pasado el paraje de los banianos y los charcos de agua podrida, traspuesto el Portal en ruinas, al penetrar en la plazuela rodeada de casas desmoronadas, precisamente al comenzar la caminata, tampoco sabía adónde iba ni me preocupaba saberlo. No me hacía preguntas: caminaba, nada más caminaba, sin rumbo fijo. Iba al encuentro… ¿de qué iba al encuentro? Entonces no lo sabía y no lo sé ahora. Tal vez por eso escribí <ir hasta el fin>: para saberlo, para saber qué hay detrás del fin. Una trampa verbal; después del fin no hay nada pues si algo hubiese el fin no sería fin. Y, no obstante, siempre caminamos al encuentro de…, aunque sepamos que nada ni nadie nos aguarda. Andamos sin dirección fija pero con un fin (¿cuál?) y para llegar al fin. Búsqueda del fin, terror ante el fin: el haz y el envés de mismo acto. Sin ese fin que no elude constantemente ni caminaríamos ni habría caminos. Pero el fin es la refutación y la condenación del camino: al fin del camino se disuelve, el encuentro se disipa. Y el fin –también se disipa.”

Octavio Paz.
El mono gramático.