28 mayo 2011

Te encontrare una mañana

Alejandro González. "Al lado del camino". 33 x 43 cm. 2009



Hubo un tiempo que fue hermoso
y fui libre de verdad,
guardaba todos mis sueños
en castillos de cristal.
Poco a poco fui creciendo,
y mis fábulas de amor
se fueron desvaneciendo
como pompas de jabón.

Te encontraré una mañana
dentro de mi habitación
y prepararás la cama
para dos.

Es larga la carretera
cuando uno mira atrás
vas cruzando las fronteras
sin darte cuenta quizás.
Tomate del pasamanos
porque antes de llegar
se aferraron mil ancianos
pero se fueron igual.

Te encontraré una mañana
dentro de mi habitación
y prepararás la cama
para dos.

Quisiera saber tu nombre
tu lugar, tu dirección
si te han puesto teléfono,
también tu numeración.
Te suplico que me avises
si me vienes a buscar,
no es porque te tenga miedo,
sólo me quiero arreglar.

Te encontraré una mañana
dentro de mi habitación
y prepararás la cama
para dos.


                                      Charly García. Canción para mi muerte

22 mayo 2011

Velas y vientos

“Eco”
Alejandro González. Acuarela.19  cm.  X 33 cm. 2009 



Solo quiero escribir: para decir nada,
para hacer silencio, para dejar pasar la verdad,
para hacer libre el sueño impostergable de ser feliz;
para no darme cuenta de que no dije nada.

Quiero malinterpretar mí papel,
escribir para apagar la luz y hacer profundo el río,
escribir para desdibujar el arcoíris,  entre pompas de jabón.

Voy a perder la orilla del río,
disipar el rastro de las nubes que pasan bajo mis pies,
encontrarme con vos,
sonreírte como siempre.

Quisiera haber escrito más, pero no pude,
para dejar de ser un vivo…  un vivo cualquiera,
para decir nada,
decir nada,
nada.



20 mayo 2011

Ven a sentarte conmigo

Alejandro González. 15 x 22 cm. 2,011



Ven a sentarte conmigo,
a la orilla  del río.
Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
y no estamos cogidos de la mano.
(Enlacemos las manos.)

Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.

Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
y siempre acabaría en el mar.

Amémonos tranquilamente,
pensando que podríamos,
si quisiéramos,
cambiar besos y abrazos y caricias,
mas que más vale estar sentados
el uno junto al otro
oyendo correr al río y viéndolo.

Cojamos flores, cógelas tú y déjalas
en tu regazo, y que su perfume suavice
este momento en que sosegadamente
no creemos en nada,
paganos inocentes de la decadencia.

Por lo menos, si yo fuera sombra antes,
te acordarás de mí
sin que mi recuerdo te queme
o te hiera o te mueva,
porque nunca enlazamos las manos,
ni nos besamos
ni fuimos más que niños.

Y si antes que yo llevases el óbolo
al barquero sombrío,
no sufriré cuando de ti me acuerde,
a mi memoria has de ser suave
recordándote así, a la orilla del río,
pagana triste y con flores en el regazo.


                                                         Ricardo Reiss




15 mayo 2011

Hoy que hacemos olas por molestar

Alejandro González. Talla directa en Mármol. 18" x 8" x 6". 2010



 
Enredado entre pensamientos constantes, conversaciones inventadas, besos, su nombre y el de ella, el viento, la sal,
olvidado el siguiente paso, amarrado el mar a la playa.
No habló con nadie de tantas cosas “importantes”: de política, del petróleo, de las balas, de los ladrones con traje, de los miles que se mueren de hambre, de la sangre de los desaparecidos, de los tramposos, de cómo se quema el país. Del milagro del pan y los peces.
Se dijo honestamente: no quiero cambiar el mundo, ni mi país, no quiero salvar a nadie ¿eso me hace una mala persona? ¿Mal ciudadano? Nomás quiero ser normalmente un humano fuera de lo común -era tan común como los demás.
De vuelta a casa, abrazado a la ausencia, se contradijo en sus pensamientos, quería ser revolucionario -ya no-, se consoló (o entendió la revolución) diciendo para él: “Eso que llaman revolución no nace pensando en la revolución como tal; yo propongo que nazca del conocimiento, de caminar, de creer, de ser valiente, del trabajo, de ser responsable con la propia vida”.
Solo estaba intentado olvidar, pero a cada paso, veía pasar aves desterradas; no estaba intentando entender, solo olvidar, pero allí estaba el cielo, los árboles y el río. Hubiera preferido la memoria, pero se ha hecho amigo del olvido.
La puerta de la habitación entreabierta. Olvidó que estaba olvidando a alguien, tenía las llaves de tierras prohibidas.
Enredado entre pensamientos constantes, conversaciones, besos, su nombre y el de ella, el viento, la sal. 


07 mayo 2011

Al lado del camino.

Alejandro Gonzalez. 33 X 43 cm. 2,009



Pienso en dos caminos: el que eliges seguir y el que se queda olvidado sin llegar a ser nunca un verdadero camino;
pienso en dos lugares: donde estas y donde podrías estar;
pienso en dos estados: lo sagrado que al final no tiene nada que ver con el adoctrinamiento y el profano que en contraste no tiene nada que ver con ser la encarnación del mal;
pienso en dos formas de ver los caminos: sobre sus grises y sobre lo radical, lo radical es el principio del “éxito”, sobre todo si vives del lado del “fracaso”, lo radical es más bien aplicable al amor en un sentido profundo,  lo radical es tomar partido. Significa tener una posición política. Pero, lo radical no sería nada sin los grises.
Nacimos con el bien y el mal en nuestro interior, Con Eros y con Thanatos.
Puedes vivir como siempre del lado que “te toco estar” o dar un “salto mortal” hacia: “el que se yo”.
Las cosas tienen un lado al que jamás accederíamos, simplemente porque elegimos entrar a uno, abandonando el otro.
No es ninguna tragedia permanecer en un estado pudiendo estar en otro, la tragedia (la suerte) seria no querer eso que se tiene.
Hay dos caminos, suena mejor decirlo que creerlo, porque entonces: ¿donde quedan los matices que aparecen todos los días al partirnos el corazón cuando decidimos sobre algo? ¿Donde quedan esos grises que si los juzgamos únicamente sobre la base de las primeras impresiones significarían los seres más insignificantes, pero que por la fuerza de las segundas, terceras, cuartas... oportunidades para cambiar primeras impresiones, resultan ser mundos tan significativos?.
Las cosas tienen dos lados, si, y cada lado tiene sus lados, sus extremos, y  en eso es en lo único que no hay misterio, porque el misterio está en esa parte a la que no tenemos acceso.
Las cosas tienen su contraparte y estan en lucha constante: para odiarse o amarse , tienen su contrario, su lado lejano, la otra orilla, su equilibrio, su ying o su yang, su debe o haber, su Jeckyll y o su Hide, el cojo o el ciempiés, los ascensores o el purgatorio, el mártir o el desertor, el tibio o el kamikaze, la sota o el as, Bin Laden o Che Guevara o Supermán.*
Solo podemos estar en un lugar a la vez, por los extremos o por los grises, pero solo uno a la vez.
Siempre podemos volver a empezar de nuevo.



* Pie de Guerra. Joaquin Sabina.
http://www.youtube.com/watch?v=yE7Iv0VXmS0&feature=related



01 mayo 2011

Los demás sabores, me vienen sobrando.

 
Alejandro González. “Mea Culpa”. 33 x 43 cm. 2,008



Ya sé lo que paso, 
el tiempo se fue tan rápido que pensé que podría haber sido otra cosa, 
el tiempo. 
Siempre estuvo allí, 
siempre estuvo con las maletas hechas, 
siempre fue el segundo siguiente,
yo hubiera podido jurar: que jamás veo hacia atrás, 
que soy un hombre de presente; 
habría podido decir: que estoy vivo al ver las maletas olvidadas en la puerta hacia el mar. 
Pude imaginarme en otros lugares, 
pude ver mis pies caminando sobre el agua sin dejar de sentir la lluvia entrando hasta mis pulmones. 
Seguiré caminando igual, llevando una canción oxidada. 
Ya sé lo que paso, 
el tiempo se fue tan rápido que no quedo ningún espacio entre ver y sentir. 
El tiempo, eso fue lo que paso.