18 febrero 2012

La timidez de ser libre. Ejercicios de concienciación. Una historia sin nombre/


 Alejandro González. Acuarela y lapíz. 2011



     ¿Alienado yo? ¿Despersonalizado yo? ¿Domesticado yo? La sociedad tal vez, ¿pero yo?...
     He estado pensando en la necesidad de construir un dios al que podamos quemar, un dios al que se pueda desobedecer, un dios que no exista. Construir y así poder destruir, reconstruir, reciclar, reinventar lo que no entendemos. Inventar el dogma hecho desde la medida de las propias limitaciones y tan flexible que dejemos de llamarle dogma, un dios sin imagen ni semejanza, un dios que no le importe que la humanidad sea lo principal, y que la “palabra” sea la “imperfección”, que el “acto” sea “integrarse”, que la “santidad” sea ser “humano”. Aceptar la necesidad de sentirse trascendente  y conectado con algo que se escapa de las posibilidades, que no se puede comprender, que no se puede explicar; mientras, mediante la concienciación y la responsabilidad se alcanza libertad de esa necesidad.