23 agosto 2011

Devolverte

Alejandro González. Acuarela. 2011



Tu prisa o mi lentitud;
las aves se marchan, el viento agita tu cabello,
la lluvia se disuelve.

Pienso que todo es una cuestión de valor -encima de todo-
cuando las hojas caen y de por qué cuándo se sienten amarillas: se suicidan;

que por subir escalones de a uno o de a dos,
se atrapan las nubes y
a la sombra del mismo sol en diferentes montañas maduran los sueños;

que cuando vine es igual cuando estoy y cuando no supe que ya me fui.
Las oscuras sombras no son más que viejas cartas dejadas anónimas.

Tu cuerpo mintiendo,
el corazón que incita a volver,
las piernas nerviosas, atrapada la luz,
la prisa o mi lentitud. Sin ruegos.

Hay cosas que no has visto,
hay cosas que yo había olvidado: La brisa fresca,
la oscuridad donde nos perdimos.
El ritmo de mi voz ya no es el ritmo de las hojas de milpa.



06 agosto 2011

Un dialogo con el mundo

Alejandro González. "Gula". Tinta. 33 x 43 cm. 2008



      Esto es una cosa que solo puedo hacer desde este punto, desde este lugar, desde este laberinto, desde este cualquier sitio, desde este no-lugar

Principalmente tengo en mi mente un par de expresiones de idealismos y utopías, se repiten las frases de autoayuda y convencimiento; en un principio le huyo a ese tipo de cosas me defiendo con argumentos casi tan parecidos a los mismos contra los que peleo.  

Entiendo ahora porque se piensa que la historia no es lineal, sino más bien, es diálectica, es una serie de espirales que se repiten y vuelven a pasar por donde antes habían pasado, que en ocasiones avanzan, como cuando somos capaces de hacer nuevas cosas de lograr nuevos retos y en otras retroceden, a veces retroceden tanto que nos parece monótono y repetitivo es como perder la memoria o perder el valor o perder la fuerza o perder cualquier signo de vida y convertirse en conformista o totalitarista, donde se hace lo que los demás hacen o se hace lo que los demás quieren que se haga.  

En un intento de alcanzar eso que pienso me hace falta, deje pasar una de esas ideas de tipo más bien conciliador, pacifistas, y políticamente correctas; por supuesto ya a estas pequeñas alturas tengo la impresión de que aún no comienzo mi dialogo con el mundo... Comencé con esta idea del dialogo con el mundo por un párrafo que leí de un artista al que no conozco en un libro de psicología en el que se habla de los dibujos proyectivos, específicamente al explicar  de “síntesis defectuosa y otros índices de psicosis” el autor del texto dice: “Hace algunos años Malraux expresó que el artista `insano´ mantiene un `monologo interno´, en el que sólo habla para él, en tanto que `el artista genuino mantiene un diálogo con el mundo´”. Me preocupe casi instantáneamente, supongo que por esos miedos que casi toda la humanidad posee en su estructura como lo son el miedo a la muerte, a volverse loco o perder el control entre otras cosas (todo por no seguir leyendo y de repente creerle a cualquiera) entonces me puse a pensar en la forma de crear un dialogo con el mundo; por supuesto, ahora veo que esta interpretación sobre el arte psicótico se relaciona con la psicología pre-dinámica anterior a Freud. Los descubrimientos recientes de las técnicas proyectivas psicoanalíticas y otros enfoques diversos, han rechazado la afirmación de que el arte psicótico carece de significado. Osea que con “trastornos” o sin ellos lo que hace alguien que crea -de crear-,   tiene un significado. Supongo, nomás, que este hecho es una situación que aunque no se piense todo el tiempo es una cosa grabada en el inconsciente de las personas  y es lo que nos mueve a crear –en un sentido amplio-, nos mueve a “la búsqueda de significado”. 

Digo entonces que el estado exacto de las personas, está en el momento que se crea algo, un estado que se vuelve permanente, listo para que lo vean, lean, escuchen y sientan todos aquellos que sean capaces de comprender sus signos.